miércoles, 30 de septiembre de 2020

"Por un clavo, se perdió un reino"



Hay un antigua historia sobre la importancia de los "pequeños detalles" que muchas personas no ven por que están muy ocupad@s en sus cosas, como el trabajo, la escuela, la familia, los hijos, el matrimonio, amistades, la comunicación con Dios, etc. Y  eso es lo que se trata este articulo, de enseñar a l@s hij@s para su formación y creciemiento personal y espiritual.

"Por un clavo, se perdió un reino...,"
Así cominenza una historia antigua. ¡ Cómo!, dirá algunos: ¿por algo tan común y corriente como un clavo, se puede perder algo de tanta magnitud como un reino?

Bueno, la cosa fue así:

El clavo sostenía fija la herradura a la pata del caballo del rey. Cuando el mozo del rey observó que el clavo había aflojado, descuidó la falla y no la remedió. Más adelante, al entrar el rey a la batalla para defender su reino invadido por otro soberano enemigo suyo, al realizar el ataque que habría de darle la victoria, el clavo terminó de safarse, la herradura se salió de su lugar, el caballo rengüeó, el rey no pudo avanzar, su ejército se detuvo, el enemigo contraatacó aprovechando el desconcierto, y finalmente una flecha alcanzó matándolo al rey, incapacitado de huir. Y to por falta de un clavo.


La historia podría quedar en eso, en historia, si no nos hiciera reflexionar en la importancia que tienen los pequeños detalles. El principio de observar la disciplina hasta en su más ligero detalle es de gran significación en los resultados finales de una vida.
 

Hay que enseñarle que para todo hay un tiempo a su debido tiempo.


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